jueves, 11 de diciembre de 2008

Los jardines - La luna llena en mis ojos

Ahora solo podía pensar en correr hasta el arbusto más cercano para esconderme.

Me sentía liviana y llena de vida.




La brisa primaveral cortaba los hilos de mi uniforme pero yo era una ardilla que se reencontraba con una vieja nuez enterrada.

"¡Lo vi, lo vi, lo vi!"- dije con júbilo.

Las hormigas comenzaban a subirse por mi falda pero nada me importaba. Lo vi. Las mariposas salían de sus capullos, el pan del horno y yo de una clausura infernal de trabajo. El piano lloraba, las harpas cantaban...

"Te vio"

"Cállate. No me vio."

"Sí, lo hizo."

"No."

Debo admitir que ambas, mucama y recepcionista, debíamos poseer la imprescindible habilidad de detectar el más mínimo detalle de cada cosa. En esta oportunidad cosa definía al huésped del cuarto 2310. Era apenas su segunda semana en el hotel y ya se había ganado dos fieles admiradoras, capaces de todo por cruzar miradas con él...tan solo una vez más...

"¡Agáchate!"

El huésped había salido al balcón.

"Creo que me sí me vio, ¿no?"-dije en voz baja. Era increible cómo el ruido de los grillos podía sofocar a cualquier otro.

Una nube tapó la luz de la luna y el huésped había desaparecido.

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